Un cerebro tiene 86.000 millones neuronas que se combinan de forma dinámica a través de redes neuronales. Estas, a su vez, interactúan con el contexto y se nutren gracias a la alteridad. Y si la mente es compleja, la vida y el mundo lo son más.
En el año 2018, Jordi y Fernando, amigos y compañeros en mil batallas, decidimos dar el paso. Después de años de acercamiento y colaboración a través de diversos proyectos, encontramos que nuestros caminos convergían. Por un lado, compartíamos una visión común que aunaba dos pasiones: la comunicación y la tecnología. Por otro lado, actualizamos nuestros emprendimientos bajo una sola divisa: ofrecer soluciones efectivas y personalizadas de base tecnológica para alcanzar un valor diferencial a través de la emoción.
Así nació Dropsense, una empresa dedicada a proporcionar servicios de consultoría para impulsar la sociedad del conocimiento, tanto en administraciones públicas como en entidades privadas. Desde el principio, nos hemos comprometido a escuchar y entender las necesidades específicas de cada cliente, asegurándonos de que cada respuesta fuera única y perfectamente adaptada.
Nuestro diferencial innovador se sitúa en el territorio del conocimiento. Allí donde se integra el rigor científico y tecnológico con el dispositivo simbólico que nos conecta y hace más humanos. Las redes que nos elevan hasta los estadios más elevados de conciencia son también las que articulan los nuevos modelos de aprendizaje profundo. Por algo será.